Muchos hábitos y tareas se están mudando de las computadoras a los celulares inteligentes, que en el país se venden de a miles por día (sólo en el tercer trimestre del año se entregaron 1,7 millón). Por eso es natural –lo es al menos para los expertos en computación– que los estafadores digitales apunten sus cañones cada vez hacia esos teléfono. Allí encontraron ahora su veta, según lo pregonan las compañías de seguridad informática y lo confirman expertos independientes.
Un estudio recién difundido por la empresa especializada Eset señala que las detecciones de códigos maliciosos para dispositivos móviles se multiplicaron por siete durante el 2012 en la Argentina . La tendencia se da en otros países de la región: en Chile el registro de software dañino se multiplicó por diez; mientras que en Uruguay se cuadruplicó. “Y es de esperar que la tendencia continúe en ascenso”, dice Eset.
El especialista en Seguridad Informática Cristian Borghello, en tanto, coincide en el pronóstico. “Ya en 2012 los ataques a celulares crecieron muchísimo en nuestro país y el año que viene creo que se expandirán todavía más; sobre todo la modalidad de botnets, software malicioso que toman el control de los equipos sin que sus dueños se den cuenta y los utilizan para expandirse”, dijo Borghello.
Según el trabajo de Eset, el 40% del malware para celulares estuvo destinado en 2012 a lograr la suscripción de usuarios a servicios de SMS pagos, lo que genera costos que son puestos en conocimiento del dueño del teléfono recién cuando recibe la factura correspondiente.
En segundo lugar entre las modalidades más elegidas por los estafadores al atacar celulares se encuentra el reclutamiento del dispositivo para ponerlo al servicio de una red bajo control del criminal (red botnet), lo que se dio en un 32% de los casos detectados por Eset. Mientras que en tercer lugar, con el 28% de los ataques, quedaron los vinculados al robo de información.
Entre los incidentes más relevantes de 2012, Eset destaca una vulnerabilidad en las aplicaciones móviles de Facebook, Dropbox y LinkedIn que las hizo susceptibles al robo de contraseñas. Mientras que la información de los usuarios de WhatsApp estuvo en riesgo por la aparición de una herramienta que permitía acceder al contenido de sus conversaciones. Y una falla del sistema operativo Android permitió que se borraran todos los datos del dispositivo atacado.